Opinión | Israel Josué.- Tal vez si les hablo de Francisco Pérez Pérez alguno pueda decir todavía ¿quién es ese? Pero si les hablo de Chico, toca ponerse en pie y quitarse el sombrero por un profesional de los que pocos quedan en el mundo del balompié.
Un futbolista y persona que ha tenido el privilegio de militar en dos de los clubs más importante de su provincia de nacimiento, de estar en la categoría de plata en equipos históricos tras salir de Lupión para formarse en el Baeza CF y ser este su primer club en la categoría nacional.
Un hombre, aunque nos de pena, que está cerca de colgar las botas. Por mi parte y la de los que le tenemos aprecio y nos gusta este deporte habrá lágrimas en su despedida. Ya que ha sido un ejemplo que hay que inculcar a los más pequeños. Venido de una familia humilde, ha sido un trotamundos. Labrándose su trayectoria – la cual le avala – nunca ha abandonado el barco en las entidades deportivas que ha estado siendo una persona campechana pero a la vez de palabra. Esperamos que ese título que vimos en los medios nacionales como el “abuelo de la liga” lo siga llevando tan bien como ahora y que siga hasta que su reloj biológico diga basta.
Ese día será un día raro. Cuando ya no lo veamos en el campo lo extrañaremos, ya que es un jugador total al que hemos visto jugar hasta de portero o como el pasado fin de semana en Granada saliendo en la segunda mitad para ponerse como referencia arriba. Aunque su mejor versión es como ese espigado central o mediocentro con llegada cualquier sitio es bueno para Chico, que siempre está ahí.
Un pelotero que se ha partido la cara en todas las categorías desde los campos de albero de Huesa y Chilluévar en la Primera Provincial, en esta etapa reciente del nuevo Linares Deportivo, como tiempo atrás en los mejores años del Algeciras CF en el Nuevo Mirador, pasando por el eterno rival en el Real Jaén CF o saliendo de la cantera del Real Zaragoza, en la que no le dejaron demostrar su valía, y para bien nuestro lo hemos podido disfrutar a lo largo y ancho de nuestra provincia.
La historia continúa y es que este lupionero, que ya lleva varios años dedicándose al fútbol base, ahora está ayudando con sus vivencias a los más pequeños en Linares y Begíjar. Y por qué no, quizá un día todo eso sirva para descubrir a un talento similar, porque como Chico no va haber nadie igual.