Opinión | Luichi Peláez.- El fútbol modesto pasa por momentos de dificultad extrema. Cada año vemos como son muchos los clubes que no pueden salir a competir, incluso algunos históricos que llevaban muchos años dando que hablar en el fútbol provincial. Son muchas las causas que conducen a abandonar a estos modestos clubes, pero principalmente, hoy quiero hablar del aficionado llano, el aficionado que con el paso de los años ha dejado de acudir a los campos de sus pueblos, a animar a su equipo de siempre. Son muchos los que han abandonado este fútbol por el de la élite, por ese que ya está al alcance de cualquiera y que la Televisión ha endiosado de tal manera que alguien que se lo proponga puede ver todos los partidos de 1ª división de una jornada.
La «revolución» que en su día hizo la LFP para rentabilizar los derechos de televisión se está cargando el fútbol modesto. Y no lo olvidemos, todos los jugadores que llegan a esa élite tienen un comienzo, normalmente en los equipos de sus pueblos, donde destacaron y consiguieron que los llamaran de otros clubes más poderosos y con esfuerzo y dedicación consiguieron llegar a donde casi nadie llega. Y esos equipos de sus pueblos son los que a duras penas consiguen seguir vivos para que los chavales de su localidad tengan donde disfrutar de su pasión. Y muchos de ellos, acaban por morir o por tener que eliminar su equipo senior, por lo que cuando esos chicos terminan su etapa formativa tienen mucho más complicado continuar jugando al fútbol, sean mejores o peores. Muchos buenos proyectos de futbolistas terminan por dejarlo porque no les merece la pena y cambian de prioridades.
Hay más razones, ya hay menos dinero, menos sponsors, menos subvenciones municipales. Los costes fijos son demasiado elevados y cuando los valientes dirigentes de un equipo se ponen manos a la obra para planificar una temporada, se encuentran con un presupuesto muy elevado que compensar. Cada licencia de un jugador cuesta más de 100 €, los arbitrajes casi 200 € por partido, mutualidades, material para entrenamientos y partidos, ropa para la plantilla, equipaciones, pago de sanciones, salario de cuerpo técnico y gratificaciones a los jugadores si consiguen la victoria para que tengan un pequeño aliciente, dinero para gasolina para los jugadores de fuera de la localidad…. Cuando empiezan a sumar rápidamente se alcanzan los 30000 o 40000 € que hacen que haya que buscar de debajo de las piedras para cumplir con los pagos y poder afrontar con garantías el año. Por eso, muchos acaban por no salir, porque son incapaces de conseguir ese dinero y cumplir con lo prometido.
Pero vuelvo al tema principal del artículo. La afición debe ser la piedra angular de estos proyectos locales. Evidentemente hay poblaciones con más habitantes que otras. Las más pequeñas lo tienen mucho más complicado que las más grandes. Cuanto más pequeño sea un pueblo, más tiene que volcarse la gente con su equipo de fútbol y mayor parte de porcentaje de la población tiene que colaborar con su equipo. Igual que los ayuntamientos. El deporte es apostar por los clubes y porque los chicos y jóvenes de los pueblos tengan esa ilusión por defender a su pueblo en competiciones provinciales.
Aquí es donde creo que se marcan las diferencias entre los clubes. Un equipo que tenga respaldo social detrás siempre tendrá más opciones que uno sin ese respaldo. Ver las gradas de un campo con gente es una delicia, da ganas de jugar a los jugadores y dejarse la piel por sus paisanos y por ser el orgullo del pueblo. Y hay sitios que trabajan muy bien estos aspectos y otros tienen mucho que mejorar y sobre todo gente que se eche hacia delante para que el fútbol vuelva a todos los pueblos de Jaén. La gente tiene que valorar a esos valientes que deciden tirarse a la calle a buscar dinero para el club de su localidad. Y tiene que apoyarlos en mayor o menor medida. Aunque no puedan ir al fútbol, se debe apoyar a los clubes. Los abonos de todos son casi ridículos. Un vecino de cualquier pueblo puede ser abonado de su equipo por 30 € como mucho en los casos donde más caro puede resultar. Ni 3 € al mes para ayudar a tu club, todo el mundo al que le guste el fútbol debería ser socio de por vida del equipo de su pueblo.
Todo esto viene al caso porque hoy visité Andújar. Una localidad que ha vivido etapas gloriosas con el famoso C.D.Iliturgi que tantos años disputó de manera consecutiva la 3ª división, incluso llegando a jugar contra el Málaga en la Copa del Rey. Una localidad que ha vivido lo que es no tener fútbol senior recientemente y que, gracias al buen hacer de un grupo de personas, vuelve a disfrutar con su Iliturgi. Se nota cuando las cosas se hacen bien. Independientemente del puesto clasificatorio que se ocupe, la gente de Andújar vuelve a estar ilusionado con su equipo. Se nota en la grada nada más llegar al campo.
Es un pueblo futbolero, la cantera siempre se ha trabajado bien, y ahora se apuesta por darle continuidad y son muchos los que de la mano de un técnico que sabe muy bien lo que es la cantera de allí ahora disfrutan en el equipo senior de su pueblo, con sus amigos, familiares y compañeros en las gradas. Da gusto ver un campo de 1ª Andaluza con su grupo de animación, con su cuidada megafonía, con su coqueto bar, con su aroma a fútbol por los cuatro costados. Al fútbol de toda la vida, al que un día como hoy, con frio y lluvia, acompañan los aficionados que hacen que el fútbol siga teniendo sentido.
Valga este ejemplo del Iliturgi actual como muestra de lo que ojalá existiera en todas las localidades. Hay muchas que lo hacen igual o mejor que en Andújar. Chapó por todas ellas. Algunas incluso te dejan con la boca abierta. Por ejemplo me viene a la cabeza Quesada, una localidad apenas 5500 habitantes que hace dos años tuve la suerte de visitar para jugar un partido de Copa con mi Real Jaén juvenil. El campo lleno hasta la bandera, para ver un partido juvenil y nos decían que así era cada domingo en senior también. Que gustazo y qué bonito sería ver siempre todos los campos así.
En resumen y por no extenderme más, espero que esta reflexión llegue al corazón de algunos que tienen en su mano cambiar la dinámica actual de nuestro fútbol. Necesitamos valientes directivos que asuman la responsabilidad del fútbol local, empresas y sponsor que ayuden a los clubes, ayuntamientos que pongan su granito de arena y sobre todo aficionados, muchos aficionados de a pie en los campos, colaborando con sus equipos y metiendo el gusanillo a sus hijos y amigos. Porque el fútbol es del pueblo y sólo existirá cuando haya gente para verlo. Si no el sentido de todo esto se terminaría.
Totalmente de acuerdo contigo Luichi.
Se necesitan Directivos con mayuscula que peleen por el equipo de su localifaf y por supuesto el apoyo masivo de la aficion que por poco dinero puede sentirse orgullosa de sus colires.