Pedro Expósito.- El Linares Deportivo seguirá adelante en la lucha por el ascenso tras superar al Moralo CP en el Estadio Municipal de Linarejos. Allí el cuadro azulillo igualó el dos a cero de la ida y posteriormente superó al cuadro visitante en la tanda de penaltis completando una gesta más.
Si en un sitio se respira fútbol cien por cien en la provincia, ese sitio es el Municipal de Linarejos. Allí su hierba, el cemento de sus gradas y sobre todos su fiel afición pueden contar penas y fracasos, tiempos peores, mejores y por supuesto gestas como la que ayer firmó un Linares Deportivo que nunca dio la eliminatoria por perdida desde que saliera cabizbajo de su paso por Navalmoral de la Mata.
Se la debía el fútbol al Linares y este aceptó de buen grado su rol de héroe en una tarde triunfal en la que no faltó la épica. Y es que los de Juan Arsenal tuvieron que sufrir de lo lindo y poner el corazón de su fiel afición al borde del colapso para firmar su pase a la final del playoff de ascenso. No lo saben hacer de otra manera. La épica, la gesta… el fútbol, está instalado de manera perenne en Linarejos.
A por todas salió un Linares que pese a todo se fue al descanso con un cero a cero inquietante. Eso sí, la afición no perdió la ilusión ni la esperanza ya que vio sobre su verde a un equipo que lo estaba dando todo ante un Moralo agazapado atrás que solo se acercó a la meta de Lopito en el minuto treinta y siete de juego.
Arsenal introdujo cambios para la segunda mitad y estos parecieron dar fruto de manera instantánea. Jorge Barba recogía un balón en la frontal, amagaba y fusilaba al meta visitante con un gol que hizo levantarse a todo Linarejos.
El gol rompió todos los esquemas y el partido, ya roto, se convirtió en un constante intento del Linares y una búsqueda de esos espacios y huecos que dejaba el conjunto azulillo de un Moralo que empezaba a dar trabajo a Lopito.
Buscaba el gol con ahínco el Linares Deportivo que sin embargo llegaba al noventa sin haberlo encontrado. El público empezaba a abandonar el recinto, el colegiado añadía cinco minuto y entonces apareció el Tigre. Chendo Alarcón, un tipo que nunca se borra, sería el autor del gol que metía a los suyos – y al público que ya se marchaba – de nuevo en el partido.
Una nueva prórroga esperaba a los azulillos que habían asestado un zarpazo casi mortal a un Moralo que paso de la gloria al infierno en segundos. El Linares tomó la iniciativa, se vació ante un equipo que esperaba a la contra pero no encontró un nuevo gol. Tocaba jugársela en los penaltis.
En esta lotería Lopito solventaba el fallo inicial de uno de sus compañeros y Chendo, en el penalti decisivo, no dio opción al portero para convertirse de nuevo en el héroe de los suyos, un linarense que metía al Linares Deportivo en toda una final por el ascenso a Segunda División B. Épico final de partido para un equipo que siempre creyó y que hoy celebra. Lección de lo que es el fútbol.