OPINIÓN | Pedro Expósito.- «El sentimiento en el fútbol se debe perder, esto es un negocio» con esa cita aludía Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, al estado actual del deporte rey en nuestro país. Frase lapidaria que no pasó desapercibida para nadie, y menos para los aficionados de su club, los más “sentidos” por antonomasia.
En la revista Panenka – que recomiendo encarecidamente – el máximo mandatario del club colchonero deja perlas como éstas, en las que demuestra un profundo desprecio al fútbol y con las que, desde el conocimiento que me ha llevado de pasar del albero y calzarme las botas al teclado, no puedo compartir.
Si hablamos de fútbol, como el deporte que realmente es, deberíamos tener en cuenta que no sólo de Real Madrid, FC Barcelona y su citado Atleti vive el hombre. Cierto es que es de lo que se habla. Lo que nos “obligan” a ver por televisión, lo que mejor se vende y lo que llena páginas en los diarios y medios digitales. Sin embargo ese fútbol, para mí una cosa totalmente dopada y teledirigida, solo representa un uno por ciento – si es que llega – del total que se practica en nuestro bendito país.
No vamos a hablar de los miles de clubs que hay en España, ni de los millones de futbolistas federados en las distintas federaciones dependientes de la Real Federación Española de Fútbol – no terminaríamos nunca – no obstante si me voy a detener en lo que nos toca de cerca: lo jiennense.
No existe negocio señor Cerezo en un club como el CD Castellar Íbero. Nacido hace escasamente un año, respaldado únicamente por el trabajo de su directiva – que por supuesto no se lucra – el sacrificio de sus jugadores – alguno exponiéndose al peligro de la carretera y las prisas – los ‘calentamientos de cabeza’ de su entrenador y el aliento de su afición; ésta última ejemplar.
Centrándonos de lleno en éste grupo de animación, surgido a la par que el club, nos encontramos todo lo que el fútbol ha significado siempre. El Frente Alkuza defiende con sangre, sudor y lágrimas a su equipo. Último, con dos partidos ganados, con mil y un problema para cerrar una convocatoria, pero nunca sólo.
A este sector de la grada del San Benito, a este grupo de personas enamoradas de los colores del equipo de su pueblo – de apenas 3.400 habitantes – no les detiene nada, precisamente porque el fútbol de verdad, este que cuesta el dinero, es puro sentimiento. Puedes ganar, empatar o perder. Te puedes marchar contento o fastidiado. Lo que no puedes hacer es ignorar un sentimiento de pertenencia como el que aflora en el Frente Alkuza.
El pasado domingo Frente Alkuza volvió a dar una lección al mundo del fútbol. De nuevo comportamiento ejemplar, del que no se pide por megafonía, del que nace solo, de un grupo de animación que hizo eso: animar a los suyos en el Municipal de San Blas.
Estaremos en las buenas y en las no tan buenas. Nunca os rindáis. Jamás estaréis solos. #AúpaCastellar pic.twitter.com/nzd0stV7nC
— Frente ALKUZA (@Frente_ALCUZA) February 12, 2018
De nuevo tocaba viajar, soñar, creer y… palmar, algo que no impidió que su equipo, el CD Castellar Íbero, saliera ovacionado y aplaudido del coliseo villanovense, un estadio que ha vivido partidos de categoría superior, pero que pocas aficiones así habrá recibido a lo largo de su gloriosa y larga historia. Juan Andrés Higueras, técnico del CD Villanueva, un enamorado del fútbol, acudió a la grada que ocupaba el Frente Alkuza para agradecer su presencia allí. Todo un gesto que le honra.
Demostramos una vez más que somos muy grandes y que nuestro equipo jamás estará solo. Aún no está todo dicho. Pocos equipos pueden presumir de lo que nosotros tenemos #unión y #fuerza #AúpaCastellar Gracias por tus palabras @juanandresemd pic.twitter.com/PB2QhpJRZq
— Frente ALKUZA (@Frente_ALCUZA) February 12, 2018
Un ejemplo más de que éste es el verdadero fútbol – el que se hace por puro amor al arte – en el que no hay cámaras ni dinero, el que cubrimos cuatro locos con más pasión que medios. Por eso, pese a mi malaguismo confeso, me alejo del fútbol profesional, me desmarco de lo ‘vomitado’ por Enrique Cerezo y me acerco a “esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido” que bien explicaba Galeano. El fútbol es eso.