Opinión | Pedro Expósito.- Intolerables. Así catalogo yo, que algo sé del tema del fútbol base, los acontecimientos acaecidos el pasado fin de semana en Armilla. Os hablo del calvario que tuvo que soportar Essel Yankey Troncoso, un jugador del infantil autonómico del Málaga Club de Fútbol, durante el partido que media a los blanquiazules con el Arenas de Armilla.
Con solo 14 años este niño de la Academia sufrió insultos solo por el color de su piel. Algo que en este siglo ya, afortunadamente, no tiene cabida en nuestros campos de fútbol. “Puto negro, negro de mierda, vete en la patera en la que viniste o africano cabrón” son algunas de las lindezas propias de un neandertal que tuvo que aguantar, según nos cuentan en La Opinión de Málaga, por parte de un ¿aficionado? que se encontraba en las gradas del campo del Arenas.
No acabó ahí el asunto y es que el jugador, harto ya de aguantar las vejaciones del aficionado en cuestión, vería la tarjeta roja tras revolverse e increparlo llamándolo “gilipollas” y para colmo tuvo que, según testigos, aguantar que este señor, que acude a hacer el indio a las gradas se comportara como un verdadero animal, le propinara un salivazo a la entrada a vestuarios para rematar su apoteósica actuación.