Opinión | Pedro Expósito.- Se veía venir. Es el cuento de nunca acabar. Sabía que este artículo iba a llegar porque en Jaén no cambiamos, ni para bien ni para mal. Nos encanta hacernos daño, no nos gustamos como hermanos. Si podemos poner una piedra en el camino del rival, no duden de que pondremos un saco, o tal vez un camión para levantar un muro. Pasa en el fútbol, pasa en los medios de comunicación y pasa en la vida en general.
Llega la época de las romerías, de las fiestas locales, de las comuniones, las bodas y un largo etcétera. Fechas donde a los jugadores, que recordemos no son profesionales, se les acumulan los compromisos, a los entrenadores los problemas para confeccionar un once y a los directivos se les cae el pelo tratando de mirar por el bien de su equipo, toda vez que negocia con el rival una alternativa para ese partido que viene fatal.
Es la historia de siempre. Ya hubo conatos de que sucedieran casos desagradables durante la campaña de la recogida de la aceituna. Equipos que fijan partidos muy prematuramente en el horario para imposibilitar la asistencia de su rival en condiciones óptimas, conjuntos que no son capaces de retrasar un cuarto de hora el inicio del partido para que llegue ese jugador tan importante de los visitantes, etc.
La Federación, a la que piden cuentas los equipos perjudicados – que unas temporadas son víctimas pero otras son verdugos – insta en estos casos al buen entendimiento entre clubs. Una premisa que, por descontado y desde que comienza en septiembre la competición, en rara vez se da. Es lícito que cada cual mire por sus intereses sin embargo parece poco ético modificar, o negarse a hacerlo, un horario para perjudicar a un rival, o a sabiendas de que lo están haciendo.
La semana pasada el Baeza CF – Arroyo no se pudo disputar al acudir el conjunto de Arroyo del Ojanco con siete jugadores a Baeza. Desde noviembre los de Higueras han intentado cambiar la fecha de este partido dada la importancia de su fiesta local, San Marcos, y la imposibilidad de reunir jugadores para ese día – volvemos a recordar que los jugadores no son profesionales – sin embargo el Baeza hizo oídos sordos. Atlético Arjonilla y Úbeda tuvieron similares problemas que al final se solucionaron poniendo el partido a las 21:00 horas del domingo, un horario poco usual y que limitó la recaudación de entradas al disfrutar el pueblo arjonillero de la romería de la Virgen de la Cabeza.
Esta semana, a día de hoy 27 de abril, nos enteramos de que el Arroyo se niega a cambiar un partido al CD Hispania, también de celebraciones por su Romería de Santa Ana. A unos cuantos km de distancia tenemos el caso del CD Navas – UD Cazorla. Un partido fijado previamente para el 1 de mayo, como todos los de la jornada porque así lo estipula el calendario oficial, y que coincide de lleno con las fiestas en honor a su patrona, la Virgen de la Estrella, del municipio de Navas de Juan. Tras varias intentonas de cambiar la fecha, la UD Cazorla, en plena pelea por la salvación, se niega.
Teniendo en cuenta que los clubs que se niegan a cambiar la fecha de su partido están en pleno derecho de mantener esa postura, la pregunta es si ese Fair Play deportivo al que recurre, para salir del paso sin mojarse lo más mínimo, la Federación Jiennense de Fútbol se está cumpliendo. Nunca va a llover a gusto de nadie, sin embargo el ente que dirige el fútbol en esta provincia tiene la llave para solucionar estos problemas. Mandar una circular a los clubs instándolos a que lleguen a un acuerdo es como regañarle a un niño para que no se ensucie cuando ya está de barro hasta los ojos, poco práctico.