Opinión | Pedro Expósito.- Si tuviéramos que buscar un calificativo para describir el buen momento de fútbol que atraviesa la provincia tendríamos un problema. Apasionante se queda corto. Y es que en tiempo de estrechuras económicas todas las fuerzas se equiparan, una situación que ha causado que esta temporada tengamos tres categorías preciosas en cuanto a alternativas e igualdad.
No es sin embargo un hecho que solo afecte a las categorías provinciales y es que además nuestros equipos en Tercera División y Primera Andaluza también están metidos en la batalla por los puestos altos demostrando que el fútbol de Jaén, pese a quien pese, sigue teniendo alma. Seguimos siendo un hueso.
No obstante me voy a detener en nuestras ligas, Segunda y Tercera Andaluza, las más modestas, las que reúnen equipos cuyas plantillas están confeccionadas con más compromiso que dinero. La necesidad agudiza el ingenio y los equipos más pequeños no solo están salvando esta temporada de crisis en el fútbol sino que además están dando espectáculo.
Es el caso de la Tercera Andaluza, una categoría – la más baja de nuestra provincia – donde pelean los más humildes, y los que vuelven con ilusiones renovadas tras años de ausencia. Una liga, dividida en dos grupos, donde se está viendo de manera brutal esa igualdad que antes mencionaba.
Por un lado tenemos al grupo uno, que es una verdadera fiesta del fútbol. Una lucha de poder a poder entre cuatro o cinco equipos por la parte alta acompañada por clásicos rivales duros que no lo ponen nada fácil. Domina el Begíjar, sí, pero a cambio de haber tenido que sudar para ganar todos sus partidos este año. Persiguen CD Beas e Ibros, con unas plantillas que ya quisieran algunos segundas andaluza, que no dan tregua y asombra un Mogón que en su albero se está mostrando intratable. Podemos también deleitarnos viendo equipos históricos como el Villanueva peleando por ascender plazas, a conjuntos como el Santisteban – con el mejor jugador de Segunda Andaluza el año pasado en sus filas aun sin debutar – y a conjuntos que están sufriendo pero que no dan su brazo a torcer nunca como Rus, Sierra Segura, Pozo Alcón, Orcera, el sorprendente Quesada o el decano La Puerta.
En el grupo dos tenemos tres cuartos de lo mismo. Un grupo en el que se vive jornada a jornada un partido con el líder y el segundo peleando entre sí por el primer puesto. Esta semana le toca al Torredelcampo – campeón de la Copa Subdelegado – contra el Villargordo, uno de los favoritos al ascenso, pero también tenemos conjuntos de sobrada experiencia e historia al acecho como Recreativo Bailén, Jódar, Valdepeñas o Escañolense que no ceden. A este grupo habría que añadir los ilusionados “novatos” como son el Útica, Fuensanta o Castillo, que no lo están poniendo fácil en ninguno de sus partidos, y al sorpresivo AD Mancha Real que con un inicio muy bueno está peleando con los teóricos favoritos.
No se queda atrás en cuando a igualdad la máxima categoría de nuestro fútbol. Parecía que iba a destacarse el Linares Deportivo B pero el filial azulillo cayó ante el Úbeda, cuarto clasificado, dejando una muestra ahí de la mencionada equidad entre equipos. Sin dinero, los clubs tiran de compromiso y en eso andan clubs modestos como La Guardia peleando por el ascenso. Históricos como Atlético Arjonilla, Carolinense o Vilches pasan apuros con cualquiera mientras que los destacados de esta temporada: Úbeda, Real Jaén, o Urgavona; sudan sangre para permanecer arriba.
Y es que el fútbol provincial no está muerto, como muchos piensan. Estará corrompido, dejado, infravalorado, ultrajado, desprotegido, solo incluso a veces olvidado por quien lo dirige pero no muerto. Mientras ruede el balón, ya sea por césped o albero, cada domingo lo seguirá estando y se seguirán viendo auténticas gestas cada semana porque, repito, pese a quien pese, en lo deportivo el fútbol jiennense tiene mucho que decir.