Opinión | Israel Josué.- Pasó lo bueno amigos, tras estos dos días intensos en los cuales hemos podido disfrutar los partidos disputados a lo largo y ancho de la provincia con nuestros equipos representativos y de todo lo bueno disputado por las distintas canteras, toca el lado oscuro como me gusta llamarle del lado de fútbol, los duros entrenamientos, las sesiones de recuperación y enseñar esas jugadas para el deleite del buen aficionado para que se den a cabo sobre el terreno de juego el fin de semana.
Entrenamiento sin el apoyo del público, entrenamientos que poco a poco se deja vencer el duro frío y en el que está presente siempre un invitado de lujo como es el cansancio, una fatiga que los jugadores modestos llevan en sus piernas tras cumplir en sus correspondientes puestos laborables por algo que les apasiona y en dónde en pocos casos reciben un extra por el objetivo que se consiga a merced de un resultado.
La próxima semana prometo que volveré para tratar el tema sobre un estadio de fútbol que trae cola y que ya está bien de esta situación y ya adelanto que no es Estadio de La Victoria.