Opinión | Israel Josué.– Como ya os adelanté querido lectores con mi artículo de opinión la pasada semana, el tema voy a tratar en esta semana y con urgencia es sobre un campo de fútbol en especial que me preocupa, y no es precisamente el de La Victoria, que a este paso pronto saldremos en medios nacionales (si nadie lo evita) siendo nuevamente noticia y no precisamente deportiva en todo el país en como un Estadio de tan reciente creación, tiene tanto que acondicionarse y arreglarse de forma inmediata mientras que siguen los políticos y dirigentes a la treta por ver quién tiene razón entre unas cosas y otras mientras que el aficionado como siempre en estos casos es el perjudicado.
Lo mismo pasa no muy lejos del Estadio Municipal de la Victoria, a pocos kilómetros de allí, en la misma capital, otro campo, en concreto el que corresponde a la federación llamado “Sebastián Barajas” es para hacérselo de mirar lo entresijos que esconde.
Si ya de antemano tenemos a mi parecer las peores instalaciones deportivas comparándonos con el resto de capitales andaluzas ni que decir tiene que las vetustas instalaciones del Sebastián Barajas tienen un suspenso como la Catedral de Jaén de grande, y es que cada partido que se disputa en las mismas tenemos la problemática fuera del terreno de juego del nunca acabar temporada tras temporada.
El acceso a vestuarios en dónde el cual hay que esquivar una valla para entrar en los mismos, las duchas sin agua caliente, vestuarios deficientes rotos y pintados, malolientes, y un largo etcétera que prefiero no exponer porque con esto ya es suficiente para poner la cara colorada a políticos, responsables y dirigentes federativos para que de una vez se tome nota y hagan lo mismo que hicieron hace ya algunos años (en concreto el 2007), en dónde a través de unos planes otorgados por la Diputación Provincial se hicieron unas mejoras que han quedado ya anticuadas y en el olvido del aficionado al balompié y desde entonces dichas instalaciones han quedado a la deriva del paso y tras su uso de los multitud de equipos, particulares, deportistas en general que día tras día acuden a este campo.