OPINIÓN | Pedro Expósito.- Os vengo a hablar de la historia que más me ha apenado en estos últimos días. No se me ha muerto nadie, no se preocupen, pero algo sí que se me ha roto en pedazos. Se llama confianza y la aplico y dirijo hacia un colectivo, y él sabe quién es, que parece estar empeñado en no ver la realidad.
Pero no le voy a dar publicidad, ni mucho menos. Con el paso de los años he entendido que mi trabajo puede remover muchas cosas y entre ellas la conciencia. Solo voy a cargar este artículo de argumentos, de fotografías… Voy a narrar éxitos, como vengo haciendo con Los Villares CF desde hace un tiempo, y voy a dejar que cada uno se haga responsable de sus actos, si éstos no se repiten más.
La última imagen que tengo de Los Villares CF es la de sus jugadores sentados en el centro del campo del Martos CD reclamando lo que era suyo, el sueldo pactado con una directiva que disfrutó muchos años del fútbol en Tercera División. No voy a entrar en buscar culpables. No es mi estilo. Pero tengo que ponerlo como contexto porque la realidad hoy en día en el José Manrique es otra.
Afortunadamente es otra. Y es que a día de hoy más del 90 por ciento de la plantilla es natural de Los Villares – su entrenador, Tete Badillo, puede decirse que ya también lo es después de lo vivido – y son esos mismos futbolistas los que dirigen el club ya que alguno que otro forma parte de la directiva.
Una directiva que ha movido cielo y tierra para conseguir “dos duros” y que tuvo la suficiente paciencia como para, tras arrancar un proyecto en la 2017-18 que no fue para nada bueno y que ya comenzó torcido, tener fe en que, con la misma base las cosas se iban a asentar.
Recuerdo mi estancia en ese primer partido de liga de la 2018-19 en las gradas del José Antonio Manrique. Recuerdo su olor a Tercera División. A ese operario del campo que todos conocemos que nos sacó balones de la última temporada en categoría nacional de los villariegos para calentar un año antes… Ese aroma a fútbol.
La grada llena, ambiente de respeto y de animación constante. Los jugadores arropados, IDENTIFICADOS (he querido reflejarlo en mayúsculas para que se note aún más) con un proyecto modesto, local, por y para el pueblo de Los Villares.
Esta gente. La que levanto la Copa Federación hace unos meses, la que se metió en playoff de ascenso, llenó autobuses para ir a Cortijos Nuevos y la que finalmente consiguió meter al equipo DEL PUEBLO donde, mínimo, se merecía, la Primera División Andaluza. SE HAN QUEDADO SOLOS.
Parece mentira que un club que llena el campo, ofrece espectáculo en las frías tardes de domingo, moviliza al pueblo y encima cuenta con una directiva y futbolistas casi al cien por cien del pueblo, no tenga una ayuda – de ya sabéis todos donde – para poder continuar haciendo el bien que hacen.
Ya no solo es pasear el nombre de tu pueblo con orgullo por todos los rincones de Jaén, es también ofrecer una alternativa a la juventud para que pueda practicar deporte y jugar en un equipo de nivel, con un cuerpo técnico de nivel, que tiene las puertas abiertas a todos.
Siendo claro. La imagen maldita de esos jugadores sentados en el centro del campo en señal de protesta dio paso a la desaparición del club. Esa imagen que me persigue desde entonces, a mí y a muchos villariegos, estaba casi borrada pero poco a poco la tinta va volviendo a tomar color.
De momento el mensaje está claro y está dicho. “Cuando se acaben los recursos se acabará el fútbol en Los Villares”. No lo digo yo. Tampoco me corresponde a mí ponerle solución. Que cada palo aguante su vela… se suele decir… y que en su conciencia quede.
Quien olvida su historia está condenado a repetirla.
No estoy de acuerdo con usted en su opinión, no se de donde habrá sacado esta información, el equipo de gobierno ha cumplido en su primer mes con el club y, cuando digo el primer mes me refiero al presente septiembre, hasta el Lunes que los directivos tienen prevista una reunión con los dirigentes políticos no se sabe nada, no creo que esto nos ayude en nada, un saludo
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