Opinión | Pedro Expósito.- Un año más se celebró en IFEJA la gala de los ‘Premios al Juego Limpio’ que organiza Radio Jaén – Cadena Ser. Una cita que, todo el que forma parte del fútbol modesto, tiene señalada en rojo en el calendario por ser, uno de esos pocos días, en los que el fútbol te devuelve todo el tiempo que le inviertes durante el año.
Acabada la temporada, atrás quedan las botas sucias, el barro, el frío, la lluvia, lo agobios, el compaginar el trabajo con los entrenos, el sudor y, por qué no decirlo, las lágrimas. Porque durante un año en un vestuario pasan multitud cosas, hay miles de historias personales, de superación y sobre todo muchas victorias y derrotas.
Eso pasa a segundo plano en el momento que te ves rodeado de quinientas personas como tú, con los que coincides en los estadios, con los que tienes rifirrafes, con quien admiras y en definitiva con los únicos locos que comparten y entienden tu locura por el fútbol. Los que, al igual que tú, se sienten por una vez al año protagonistas, futbolistas profesionales.
Vaya por delante que para mí ya son héroes la mayoría de los que sacrifican tantas cosas por echar a correr tras el balón un día de lluvia en pleno invierno y tras haber echado ocho o nueve horas trabajando en el olivar, por poner solo un ejemplo. Sin embargo es muy poco o nulo el reconocimiento que reciben por parte de afición y medios. Y es Radio Jaén – Cadena Ser, con Eduardo Oliver a la cabeza, la que se ha erigido en todo un altavoz para lo que menos voz tienen.
La labor de Radio Jaén para con el fútbol modesto es algo de admirar, porque no había necesidad sino vocación, y porque quienes gestionan, organizan y cobran del fútbol jiennense son precisamente los que no aportan nada a este maravilloso evento que es la gala de premios al ‘Juego Limpio’ y a título personal opino que tampoco al mundo del fútbol en Jaén. No hace falta que de nombres.
Cadena Ser hizo sentirse a jugadores como Pedrito, un delantero de 35 años del Mogón CF, todo un gigante al premiar su pichichi, en la categoría más baja del fútbol jiennense. Lo hizo protagonista sobre las tablas en un escenario que compartió con jugadores profesionales como Óscar Quesada o internacionales como Solano.
Es el justo homenaje a tanto sacrificio por una pasión que lejos de reportar dinero, cuesta, y cuesta mucho. Un reconocimiento que, reitero, no otorgan los que sí ganan y viven del fútbol. Algo que continuar celebrando por muchos años más. La auténtica fiesta del fútbol. ¡Gracias!