Opinión | Pedro Expósito.- Es escandaloso. Se mire por donde se mire el caso Raúl Coronado es cuanto menos eso. Un escándalo con tintes macabros. Es la privación a un niño de hacer lo que más le gusta hacer, jugar al fútbol.
No es excusa para que el Raúl no pueda jugar. Ni tan siquiera para que el CD Almidas ejerza su derecho a no darle la carta de libertad. Recordemos que no estamos hablando de un hombre sino de un niño. Hace poco en el fútbol provincial vivimos algo parecido con un técnico de Segunda Andaluza al que no se le dio la carta de libertad para poder fichar por un equipo de Tercera División. La vida continúo y el entrenador sigue ejerciendo su pasión al contrario que Raúl Coronado.