Pedro Expósito.- Con 51 años y casi cuatro años de inactividad desde que jugara su último partido, un 31 de marzo de 2019 ante el Inter de Jaén CF, Paco Zamora volvió a experimentar lo que es jugar un partido de fútbol oficial defendiendo la portería del Atlético Arjonilla, el club de su vida.
1.414 días habían pasado desde aquel día donde ya ponía final a su extensa y exitosa carrera deportiva este portero que por entonces tenía 38 años. En aquel partido su equipo, el Atlético Arjonilla, lograba derrotar a Inter de Jaén dejando su meta a cero, 202 semanas después Paco Zamora regresaba al verde en Baños de la Encina volviendo a dejar su potería sin perforar.
Paco regresó al fútbol federado por petición expresa de su club, un Atlético Arjonilla que se encontraba con un solo portero y atravesando un nefasto momento deportivo. Adolecía de un segundo guardameta el club del San Roque y también carecía del carisma, liderazgo y ejemplo que Zamora siempre ha aportado dentro de un vestuario.
Aceptó, no sin madurarlo un tiempo, y desde hace unas jornadas forma parte del equipo que ahora entrena Tete Badillo y que, algo tendrá que ver, ha mejorado ostensiblemente el rendimiento que hasta entonces había ofrecido en la competición liguera.
Su intención nunca fue la de ser titular, acumular minutos o desbancar al otro portero, un joven Cristóbal que había aguantado bajo palos desde el inicio de la liga sin tener competencia ni recambio ante una posible lesión que terminó por producirse en el partido que le medía al Recreativo de Bailén el pasado 5 de febrero.
Saltaba ese día a calentar en el descanso Paco Zamora – que hasta ese momento había matado el gusanillo jugando con los veteranos del Iliturgi, practicando pádel y aportando su conocimiento a las retransmisiones de Jaén en Juego en algún que otro partido – pero aquel día no llegaría a debutar.
Pasó una semana de trabajo y Cristóbal no llegó a estar en condiciones óptimas para afrontar un partido importante para el Atlético Arjonilla, como lo era el del pasado domingo en Baños de la Encina. Era su turno y no falló.
Más de 46 meses después Paco volvía a sentirse futbolistas para vivir una magnífica tarde difícilmente mejorable, y es que este veterano portero nacido en Andújar pero considerado un arjonillero más, saltó de titular, portó el brazalete de capitán y dejó su portería a cero en un día en el que además saboreó el triunfo. Poco más se podía pedir.